
No es un secreto que soy fan de los colores, ¡sin duda son un gran invento! En Navidad las ciudades y los hogares se llenan de luz y color, tanto que al acabar nos sentimos un poco «grises», especialmente aquí que coincide con el invierno. ¡Menos mal que vino la primavera al rescate a traernos vida y color!
Del blanco nieve de almendros y los primeros tulipanes hemos pasado al rojo intenso, casi navideño y que recuerda al otro rojo que vemos mucho en Navidad por estas tierras: ¡la flor de Pascua! Y las servilletas rojas, los manteles rojos, los jerseys rojos con renos, los papá noeles, los envoltorios rojos de regalos, etc.
Ya habrá tiempo de disfrutar de todo eso otra vez, faltan ocho meses, que en realidad son cinco o seis porque pasado agosto ya muchos estamos en modo navideño.
La foto es propia como de costumbre, de los tulipanes de Madrid en el Real Jardín Botánico que durante abril es casi un mini-Ámsterdam. Es de hace diez días o así, la temporada está casi acabada ya pero todavía pueden verse. En mayo le ceden el turno a rosas, peonías y otras maravillas naturales que nos surtirán de color mientras esperamos la llegada de la Navidad.
¡Feliz 24!