En efecto, no es un Roscón de Reyes lo que se ve en la foto. Hoy es 9 de noviembre, se celebra la Virgen de la Almudena, patrona de la ciudad de Madrid y, por tanto, es festivo en esta ciudad.

Como en toda fiesta que se precie tiene que haber algún dulce típico, no en vano en San Isidro están las rosquillas homónimas, en el recién pasado día de Todos los Santos los buñuelos o los «huesos de santo», etc. Así que en 1978 los pasteleros de Madrid tuvieron a bien idear un nuevo dulce típico (nótese la contradicción que supone nuevo y típico).

De ahí surgió la Corona de la Almudena, en apariencia prácticamente igual que un Roscón de Reyes, si bien en teoría el roscón tradicional no va relleno, lleva sorpresa en su interior, tiene un sabor ligeramente distinto por el agua de azahar y lo normal es que esté decorado con frutas escarchadas. En la práctica, quitando el tema de la sorpresa, puede resultar complicado distinguirlos en ocasiones.

¿Se puede considerar tradición arraigada tras casi 40 años? Diría que no termina de cuajar la idea, en Reyes hay colas enormes para comprar roscones, hasta el punto que muchas pastelerías directamente no venden otra cosa los días previos. Y el parecido de la corona al roscón quizá le juega una mala pasada, los buñuelos o los huesos de santo de hace una semana son mucho más originales.

En cualquier caso… y aun estando en plena Operación Mazapán, he cedido al antojo en forma de pequeña corona rellena de crema pastelera 🙂