
Con la Navidad a la vuelta de la esquina y un resfriado pendiente de pasarse, aprovecho para publicar el tercer y último relato navideño que ha escrito Miguel Soler y que nos transporta, una vez más, a otras épocas navideñas.
Siempre me gusta añadir fotos propias a los posts y, en estos relatos concretamente, que esté relacionada, como hiciera en el primero y el segundo. Aquí he recurrido a una composición bastante particular porque en la imagen se dan cita tecnologías con 70 años de diferencia: las casitas nevadas se las pedí a una IA, pero el soporte de la foto y sus bordes son de una foto auténtica de los años 50 que tenía en un álbum de fotos y he escaneado – ¿por qué tenían esos bordes las fotos antiguas?
Mientras resuelvo la incógnita, os dejo con el relato:
Una foto en blanco y negro
Al darle la vuelta, aquella fotografía en blanco y negro con los bordes como troquelados, formando una ola continua por todo su alrededor, tenía una anotación que le desveló lo que, en el fondo, ya intuía al menos en cuanto a la posibilidad de que se tratase de un recuerdo navideño: ‘Navidades. 1956’. Lo sabía. Bueno, lo esperaba.
Aquella fotografía mostraba un gran fondo blanco, de nieve, y en el centro, como asomando como duendes desde su hogar, una ventana abierta con dos personas a medio cuerpo. Eran su madre y su padre, y aquella foto se la hicieron en aquellas navidades, en aquellas Pascuas como ellos decían por entonces, en su humilde casa de emigrantes españoles en Suiza. Una foto para su familia en España porque, aquel año, no pudieron venir a celebrar las fiestas con tantos seres queridos que los añoraban.
Cada carta era un tesoro; sin opciones de llamadas telefónicas salvo cuestión casi de vida o muerte (afortunadamente no hubo necesidad de este tipo de llamadas), la vía de comunicación desde España a Suiza era, para aquella familia pobre y unida, las cartas. Y, de vez en cuando, además de contar cómo les iba la vida, alguna foto, como aquella. Siempre con palabras cariñosas. Una foto rara, porque en el sur de la península sus familiares no conocían la nieve salvo por alguna pequeña nevada muy ocasional, y ver la casa medio enterrada por aquel manto blanco que mostraba la pequeña foto, era todo un espectáculo. Tanto, que se quitaban unos a otro la foto de las manos para verla mejor y, el abuelo Juan, se levantó varias veces sus gafas para comprobar qué se veía, porque decía que allí solo había un borrón en medio de un papel blanco.
Faltaba ya muy poco para la llegada de la Navidad, y ya había ambientillo por todos lados; ajetreo en la tienda de ultramarinos, pidiendo aquellos productos casi exclusivos entonces de esas fechas como eran algunas frutas escarchadas o en almíbar, la irremediable botella de anís, y los ingredientes para poder preparar en breve rosquillos, pestiños, borrachuelos… La tableta de turrón debía ser del blando, porque las dentaduras ya aguantaban poco los mordiscos necesarios para poder triturar el duro, y se remediaba un poco con las peladillas y los almendrones rellenos, aunque todo eso lo comprarían en el economato, justo al recibir la paga de Navidad, pues eran dulces que procedían de otras provincias y en la tienda del barrio no se arriesgaban a pedir ciertas cantidades por si, luego, la austeridad de tantas familias les dejaba colgada la mayoría, como había pasado años antes.
De momento la alegría, unas veces de la mano de la grisácea añoranza por los seres queridos que ya no estaban, o por la ausencia obligada de quienes habían marchado fuera para buscar una vida mejor, ya se respiraba por todos lados y, aunque la ropa tuviese remiendos, el alma estaba pletórica, el corazón se agitaba en la ya corta espera de la celebración navideña y, la sonrisa, entre la cruda realidad del día a día, se iluminaba. Era ya la parte final del Adviento, tras el Domingo de la Alegría, el tercero.
Muchas gracias a Miguel por escribir estos tres relatos y brindarnos un pequeño viaje por la nostalgia como forma de celebrar los 30 años de Navidad Digital. ¡Espero que os hayan gustado tanto como a mí!
Muy bonito!! Muchas gracias por los relatos 🎄❤️
ya solo un dia ¡¡¡¡¡¡¡ ya feliz navidad